CÓMO LIBRARSE DE LOS VECINOS RUIDOSOS.
Recomendaciones para fortalecer nuestra convivencia.
Fiestas a altas horas de la noche, taladros en horas y días no permitidos, gritos de niños, zapateos y toda clase de ruidos que perturban la paz de los vecinos, son reportados con mayor frecuencia desde que inició el confinamiento obligatorio generado por el Covid19.
La pandemia cambió nuestra manera de trabajar y de relacionarnos con los demás, especialmente con nuestros vecinos, pues lo que antes era tolerable hasta cierto punto, ahora se convirtió en un generador de estrés y de mala convivencia.
¿Pero cómo librarse de los vecinos ruidosos?
Lo primero que debemos hacer es tratar entender quién es nuestro vecino y bajo qué circunstancias vive, pues en la mayoría de los casos los ruidos no son intencionales, como los que se producen cuando hay niños en la casa. Recordemos que a ellos también les cambió la rutina.
La manera más eficaz de terminar con los molestos ruidos del vecino es generando un lazo de amistad con él, pues al tener cercanía se tratarán mejor las quejas que tengamos, debido a que la cercanía nos permitirá hablar de manera abierta y tranquila de la situación, así como de tener cuidado de no importunar a nuestro nuevo amigo.
Por esa razón la invitación es que conozcamos y tratemos de ser amigos de nuestros vecinos. De esta manera seremos más cuidadosos a la hora de hacer algún ruido, pero también seremos más tolerantes si escuchamos algún ruido que nos moleste.
Otro factor de malestar se da cuando las familias tienen diferentes horarios de trabajo, es decir que una persona del piso de abajo o de al lado que tiene niños, se levanta temprano en la mañana a iniciar sus labores, caso contrario del vecino que trabaja hasta muy tarde en la noche y que a la mañana siguiente ve interrumpido su sueño, por el ruido involuntario de la otra familia.
Entonces la invitación es a tratar de entender que todos estamos trabajando y estudiando desde casa, por lo que será de mucha ayuda para la buena convivencia, verificar que no se están excediendo los ruidos que puedan perturbar la tranquilidad de las demás personas.
El principal conflicto en estos días son los ruidos y los comportamientos desmesurados como por ejemplo, el volumen alto de la voz, la televisión, la música, perros ladrando, gritos de niños jugando o discutiendo, etc. Como siempre el llamado es a la tolerancia y a entender la situación actual.
Pero si definitivamente no soporta el ruido de su vecino y ve que no puede tener un acercamiento de tipo amistoso, lo invitamos a generar la queja en la administración para que sea conciliado por medio de comité de convivencia, quien buscará la forma de mediar entre usted y su vecino y aplicará los correctivos que apliquen, de acuerdo al manual de convivencia, eso sí, escuchando y entendiendo a las dos partes.
El malhumor del aislamiento.
Somos como los niños cuando no muestran su mal humor o angustia de manera directa, sino que lo esconden tras actitudes de protesta, tristeza, enfado o agresión. Nos sucede lo mismo.
La angustia la expresamos de múltiples formas: a través de la bronca, el fastidio o las somatizaciones más variadas como contracturas, dolores de estómago, cefaleas, etc.
El mal humor lleva a la intolerancia. La falta de paciencia con los demás nos lleva a no dejar pasar por alto ningún detalle o ninguna reacción de la otra persona. Y así es como sus actitudes pueden ser un excelente disparador de discusiones y peleas, pero también el facilitador de la catarsis para sacar fuera los sentimientos tóxicos que nos produce este tiempo de reclusión.
A veces, se busca la pelea como una vía de descarga de tensiones y ansiedades.
Por eso la invitación es a tener un poco más de tolerancia y a buscar la ayuda de la Administración, el Comité de Convivencia y el Consejo de Administración, quienes están dispuestos a ayudar para fortalecer la sana convivencia entre vecinos para el beneficio de todos.
Yorumlar