EL ARTE DE VIVIR EN COMUNIDAD
Claves para fomentar la tolerancia y la convivencia en nuestro conjunto residencial.
Lograr una buena convivencia con los vecinos puede resultar sencillo si se tienen en cuenta unas normas básicas y fundamentadas principalmente en el respeto, la tolerancia y el cuidado de las cosas que nos pertenecen a todos.
Por esta razón tenga en cuenta estas recomendaciones que tienen como finalidad, fortalecer las buenas relaciones y la sana convivencia al interior de Torres de Santa Lucía
1. Conozca a sus vecinos Identificar, saludar y eventualmente dialogar con las personas que viven a nuestro alrededor, no solo aporta seguridad y confianza a la hora de afrontar posibles problemas, sino que fortalece nuestra tolerancia frente a posibles molestias que surjan de los apartamentos aledaños. De este modo resulta más fácil encarar las dificultades de convivencia de manera dialogante y constructiva.
2. Cuide los espacios compartidos Si bien en la mayoría de los casos, no es responsabilidad directa de los vecinos limpiar las zonas comunes, sí lo es cuidarlas como si formaran parte de la propia vivienda. Si de manera involuntaria o accidentada ensuciamos algún área común, debemos recoger o limpiar nosotros mismos y no esperar que lo hagan los servicios de limpieza. También es importante hacer buen uso de nuestro shut de basuras, para evitar posibles cierres por el deterioro que causa un posible mal manejo.
Si nosotros o alguno de nuestros hijos rompen algo por accidente o descuido, es nuestro deber informarlo a la administración y reparar el daño, esto habla muy bien de nosotros como personas.
3. Evitar ruidos molestos e innecesarios. Por supuesto, un residente está en su derecho de hacer una reunión familiar en su apartamento, pero el resto de vecinos también tienen derecho al descanso y la tranquilidad. Basta con vigilar las horas para no perturbar demasiado a los vecinos, sobre todo si viven cerca personas mayores o niños pequeños.
Un acto de gran consideración en los apartamentos que tienen piso de madera, es evitar en lo posible caminar con tacones. Si las circunstancias lo permiten, se podría andar con zapatos de descanso y vestir los zapatos de tacones cerca a la puerta de salida.
4. Enseñar a los niños a convivir. Se debe explicar a los más pequeños de la casa lo que significa vivir en comunidad y la importancia que tiene respetar las zonas comunes: enseñar dónde pueden jugar y donde no pueden jugar al balón, enseñarles la importancia de no gritar ni poner la televisión o la radio muy alta a determinadas horas, les convertirá en mejores ciudadanos desde la infancia.
También es muy importante identificar las causas del llanto en algunos niños, para no confundirla con algún tipo de maltrato, pues cada niño tiene su manera de expresarse desde muy pequeño y el que llore con frecuencia, no necesariamente es señal de malos tratos por parte de los padres o cuidadores.
5. Pagar a tiempo la cuota de administración. Formar parte de una comunidad de propietarios implica asumir el pago de cuotas mensuales, que son el soporte para mantener el buen funcionamiento de las áreas comunes, contar con vigilancia las 24 horas del día y garantizar la prestación de los servicios básicos domiciliarios. Todo esto hace parte de la inversión en la copropiedad para mejorar la calidad de vida de todos.
6. Vigilar a las mascotas. Tener un perro siempre es una gran responsabilidad, también en la convivencia con otros. Conviene sacarlo a pasear siempre con correa y bozal para evitar posibles molestias a los vecinos, recoger siempre lo que ensucien, evitar que hagan sus necesidades al interior del conjunto y evitar que hagan ruidos en la medida de lo posible.
7. No estropear la estética de las torres. Las fachadas, ventanas y balcones forman parte de la copropiedad y hay que velar por no colocar nada que rompa la estética del edificio, como poner a secar ropa en los balcones o llenarlos de enseres que den les den una mala apariencia. En los parqueaderos debemos evitar dejar enseres o muebles y tener bicicletas o motos que puedan afectar la movilidad, tanto por seguridad como por una cuestión estética.
8. Estar dispuesto a ayudar. Evidentemente, no es obligatorio, pero nunca está de más ofrecerse a echar una mano a los vecinos si van a salir de viaje, por ejemplo recogiendo la correspondencia del buzón o regando las plantas durante su ausencia.
9. Respetar la privacidad Es fundamental que exista un clima de respeto por la intimidad y tolerancia hacia las costumbres de aquellos que viven cerca de nosotros.
10. Cuidar los pequeños detalles. Saludar siempre que se cruce con algún vecino, respetar las parqueaderos o pedir permiso en caso de necesitar usarlos, detener el ascensor o sujetar la puerta de entrada si alguien llega cargado detrás de nosotros, son gestos básicos de buena educación que ayudan a una perfecta convivencia.